29 de noviembre de 2025

Rusia intensifica operaciones encubiertas en cables submarinos europeos con la nave espía Yantar

Alarmas se disparan en mandos occidentales ante maniobras sostenidas cerca de infraestructuras críticas y nuevas estrategias de sabotaje digital.

El crucero espía ruso Yantar

El crucero espía ruso Yantar que preocupa a las autoridades europeas y a la OTAN por poner en peligro la infraestructura submarina continental.

La reaparición de la nave espía rusa Yantar en aguas europeas ha encendido las alarmas entre los responsables de seguridad y defensa del continente, al evidenciar una renovada ofensiva de Rusia sobre las infraestructuras submarinas críticas de la OTAN. Según una investigación de Financial Times, la embarcación, equipada con avanzados sistemas de vigilancia, ha intensificado sus patrullas y maniobras en torno a cables submarinos esenciales para las comunicaciones, la energía y las transacciones financieras de Europa occidental.

El análisis realizado por Financial Times, que incluyó entrevistas con más de una docena de oficiales navales en activo y retirados de países de la OTAN, analistas marítimos independientes y un exoficial de la Flota del Norte rusa, permitió rastrear el itinerario de la Yantar durante su travesía de tres meses iniciada en noviembre desde la península de Kola. La nave, de apariencia civil, navegó por Noruega, el canal de la Mancha, el mar de Irlanda y el Mediterráneo, antes de dirigirse hacia Suez. Sin embargo, su misión distaba de ser turística: la Yantar se dedicó a cartografiar y, potencialmente, interceptar los cables submarinos de los que dependen los aliados de la OTAN para el acceso a internet, la energía, las comunicaciones militares y las operaciones financieras.

La preocupación de los mandos occidentales se ha visto incrementada por la capacidad de la Yantar para operar de forma encubierta. Utilizando datos de radar de satélites de la Agencia Espacial Europea, Financial Times localizó a la nave sobre cables críticos en el mar de Irlanda en noviembre, justo cuando intentaba ocultar sus actividades. Además, se confirmó su presencia sobre cables que conectan Noruega con el archipiélago de Svalbard, una zona de alto interés estratégico para Moscú en el Ártico.

El resurgimiento de estas operaciones coincide con una fase de mayor asertividad rusa tras la invasión a gran escala de Ucrania en 2022. Según el análisis de Financial Times, la actividad de la Yantar se redujo inicialmente tras el inicio del conflicto, posiblemente por las sanciones o el temor a una escalada con los aliados occidentales de Kiev. Sin embargo, a finales de 2023 y principios de 2024, Moscú comenzó a asumir más riesgos y dejó de replegar sus activos, como explicó Sidharth Kaushal, experto en seguridad marítima del Royal United Services Institute, al medio británico.

La Yantar forma parte de la estructura de la Dirección Principal de Investigaciones en Aguas Profundas de Rusia, conocida como GUGI (Glavnoye Upravlenie Glubokovodnikh Issledovanii), una unidad militar tan secreta que solo un reducido grupo de hidronautas rusos tiene acceso a sus operaciones. La mayoría de los 50 buques de GUGI son submarinos y sumergibles capaces de alcanzar profundidades de hasta 6.000 metros, pero también dispone de naves de superficie como la Yantar, que sirven de plataforma para sumergibles y buzos y resultan más económicas para largas distancias.

La presencia de la Yantar en aguas británicas a principios de año motivó una inusual advertencia pública del secretario de Defensa del Reino Unido, John Healey, quien calificó su permanencia cerca de infraestructuras submarinas críticas como un signo de “creciente agresión rusa” en este ámbito. No obstante, detrás de este aviso se esconde un patrón más amplio: evaluaciones militares vistas por Financial Times revelan que la Yantar fue uno de varios buques rusos que permanecieron en aguas del Reino Unido durante 13 meses, desde el otoño de 2023, realizando vigilancia sostenida sobre nodos de infraestructuras clave.

La Yantar está equipada para desplegar sumergibles con brazos manipuladores capaces de intervenir cables militares y de internet, interceptar información o instalar explosivos para su detonación futura.

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