
Cuando los vapeadores empezaron a popularizarse a mediados de la década de 2010, los diminutos cartuchos entrañaban grandes promesas. Se presentaron como una alternativa más sana a los cigarros y una vía para dejar de fumar.
Ahora, los investigadores comienzan a comprender los peligros de los propios vapeadores. En un estudio del mes pasado, por ejemplo, un equipo de científicos analizó el vapor de algunos vapeadores populares y encontró niveles tan altos de metales pesados que un investigador pensó que su dispositivo tenía una falla. Otros estudios han sugerido que vapear puede afectar al corazón, los pulmones y el cerebro.

Los datos sobre los efectos a largo plazo en la salud son limitados, porque los vapeadores son relativamente nuevos y están en constante evolución. Muchas de las personas que los utilizan son adolescentes o veinteañeras; podría pasar un tiempo antes de que se manifiesten otros efectos. Los consumidores también suelen utilizar tanto cigarros como vapeadores, lo que dificulta aislar los daños solamente del vapeo.
Cada vez más, las investigaciones apuntan a la realidad de que, aunque los vapeadores no contienen las mismas sustancias químicas peligrosas que los cigarros, conllevan sus propios efectos nocivos.
Preocupaciones cardiovasculares

Una calada de un vapeador estresa inmediatamente el sistema cardiovascular. Tu ritmo cardiaco aumenta y tus vasos sanguíneos se contraen, lo que puede endurecer las arterias del corazón con el tiempo. Cuando vapeas “todo el día, una y otra y otra vez, básicamente vas con la presión arterial alta”, dijo Stein. Estos efectos podrían elevar el riesgo de desarrollar un ritmo cardiaco irregular, un accidente cerebrovascular e incluso un infarto.
Cuando los vapeadores calientan los líquidos a temperaturas más altas, pueden liberar mayores cantidades de sustancias químicas nocivas que pueden filtrarse en los pulmones, entrar en el torrente sanguíneo y fluir hacia el corazón, dijo Irfan Rahman, investigador del Centro Médico de la Universidad de Rochester, quien estudia los productos de nicotina.
Los líquidos de los cigarrillos electrónicos pueden liberar carcinógenos conocidos, como el formaldehído y el acetaldehído, cuando se calientan. Estas y otras sustancias químicas pueden dañar los vasos sanguíneos, provocar inflamaciones y contribuir al riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Cuando las personas dejan de vapear, también pueden experimentar un síndrome de abstinencia a la nicotina, lo cual puede aumentar la frecuencia cardiaca y la presión arterial, añadió Stein.
Problemas pulmonares

Vapear provoca inflamación en las vías respiratorias y los pulmones que puede volverse crónica, dijo Stein. También puede exacerbar el asma y los síntomas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y puede provocar tos persistente y falta de aliento.
Aunque aún no sabemos si los vapeadores provocan cáncer, que puede tardar décadas en desarrollarse, sabemos que pueden exponer a los usuarios a sustancias asociadas a un mayor riesgo de cáncer. Brett Poulin, profesor adjunto de toxicología medioambiental de la Universidad de California en Davis, analizó tres marcas populares de vapeadores desechables y descubrió que liberaban altos niveles de níquel y antimonio, metales pesados relacionados con el cáncer de pulmón. (El equipo de Poulin también descubrió que los vapeadores liberan grandes cantidades de plomo, una neurotoxina).
Las sustancias químicas utilizadas en los vapeadores aromatizados o con sabor, especialmente los desechables, también pueden dañar las membranas celulares, lo que aumenta el riesgo de sufrir daños pulmonares y cáncer, así como enfermedades cardiacas, dijo Stein.
En raras ocasiones, los pacientes han desarrollado cicatrices pulmonares y problemas respiratorios conocidos como “pulmón de palomitas de maíz”, o bronquiolitis obliterante, tras inhalar diacetilo, un compuesto en algunos vapeadores aromatizados. (Actualmente, las principales marcas de vapeadores dicen que no utilizan diacetilo). En 2019, un brote de lesiones pulmonares graves, incluidas 68 muertes, se relacionó con vapeadores que contenían acetato de vitamina E.
Salud bucodental

Al igual que ocurre con los cigarros, las bolsas y otros productos que contienen nicotina, los vapeadores limitan el flujo sanguíneo a las encías, lo que las hace más vulnerables a enfermedades e infecciones. La nicotina también puede dañar el tejido de las encías, dijo Rahman.
Adicción
Pamela Ling, directora del Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaco de la UCSF (Universidad de California, San Francisco, por su sigla en inglés), ha trabajado con adolescentes que duermen con vapeadores debajo de la almohada y los utilizan a primera hora de la mañana.
Las investigaciones han demostrado que los cigarrillos electrónicos crean adicción. La dependencia puede ser especialmente problemática para los adolescentes, cuyos cerebros están en desarrollo. Aún existen algunos programas de apoyo para dejar de usarlos, y los medicamentos para dejar de fumar pueden ofrecer alivio. Pero también puede ser un proceso angustioso, que trae consigo síntomas de abstinencia como depresión, ansiedad e irritación.
Para agravar esas preocupaciones: están llegando al mercado vapeadores aún más adictivos que contienen niveles más altos de nicotina.
“Los nuevos productos salen al mercado más rápido de lo que podemos investigar”, dijo.
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